Matar una araña es como romper un reloj

lunes, 29 de agosto de 2011

Una curva en el tiempo

Otra vez la nave y el espacio, el sueño galáctico me llama. Este planeta me expele todo el tiempo, el sol sale y la Tierra me barre de su superficie. No alcanza el aire, el polvo ya me llena los pulmones y ahora lo que pesa es el cuerpo, el alma oscura.
Un planeta desierto, despierto en un planeta desierto. Un torbellino de luz a mi lado, pero el pesar es tan amplio, tan manto de terciopelo negro otra vez que la puta madre. ¿Por qué otra vez, por qué todo el tiempo? 

Ahj Raquel, esa voz ya no te pertenece


miércoles, 10 de agosto de 2011

armonía invisible, mejor que la visible

La cabeza me pesa como si fuera la luna que vibra alta, se me revuelve el cosmos y me olvido rápido de las instrucciones de seguridad. La nave se agita y a mi me pesa la cabeza, no puedo tomar el control, se caen los frascos de los estantes y se hacen añicos en el piso, ruido y la cabeza que me pesa como una piedra blanca INMENSA. Me pierdo en el espacio, me suspendo en una tormenta de colores espesos y pegajosos y pierdo la conciencia...

Me despierto en un planeta desierto. Me despierto en un planeta desierto. (Lo digo dos veces porque me llama la atención, una "p" de diferencia, "p" de persona?...). Y escrita en la arena una frase: «armonía invisible, mejor que la visible»

Miré arriba y estaba la Luna sentada en el espacio liso. 

domingo, 7 de agosto de 2011

Karma domingo

Ahora la luna está como una cuneta, es domingo y el hígado ruge. Mi mente que está en todas partes menos en su lugar y el cuerpo flojo, lleno pero vacío. Olas de sol tibio y chiflete fresco me traen colores de mi planeta otra vez, que está en todas partes, ahora lo siento en todas partes, seco y difícil pero qué me importa, si bajo el teléfono negro puedo jugar a que falta menos. O pensar... 
Olor a coco en el pelo y un ovillo violeta interminable me mantienen en mi lugar, me llenan el espacio en blanco. Recuerdos de luces, lugares, sombras, viajes pasados y futuros me hinchan las células como bombitas de agua de todos colores que se pinchan y se vuelven a llenar y se moja todo pero tampoco me importa. Guardo una sonrisa en cada bolsillo y si la pierdo la vuelvo a encontrar. Tengo un duende en todas partes al que le confío mi alma cuando me voy a dormir y cuando me despierto, un té del color que sea, del sabor que sea, siempre está bien. Más que bien. 

Raro, ahora que lo leo, lo pienso, es raro. Raro me gusta. Weirdo me gusta más.

lunes, 1 de agosto de 2011

Skin blues


Los domingos se van desvaneciendo, la piel irritada de rascarme y la luna que no aparece me dejan pensando en nada.