"Todos los sufrimientos de los demás debemos padecerlos también nosotros. No tenemos un mismo cuerpo, pero tenemos un único desarrollo, y esto nos hace pasar por todos los sufrimientos de uno u otro modo. Así como el niño se desarrolla a través de todas las edades de la vida hasta la vejez y la muerte (y cada uno de los periodos parece inalcanzable para el anterior tanto por el deseo como por el temor) asimismo nos desarrollamos (ligados a la humanidad no menos profundamente que a nosotros mismos) a través de todos los sufrimientos de este mundo. No hay sitio en tal conjunto para la justicia, pero tampoco para el temor del padecimiento o para una interpretación que haga de él una virtud."
La nave ha vuelto a despegar, siempre con el rumbo perdido pero llena de todo lo que necesito y poco
a
poco
lo empiezo
a disfrutar.